Hoy no vengo a poneros un relato, al menos no de la forma que suelo hacer. Y es que ha salido un nuevo número de la revista INARI (el nueve concretamente, con temática de fantasía épica) y aparezco en él. La revista es online y completamente gratuita, por eso os dejo el enlace a la revista para que podáis leer mi relato y los de otros autores también. Pero no sólo hay relatos, también podéis disfrutar de las ilustraciones, de reportajes, y bueno, ya lo veréis vosotros mismos.
Si estáis vaguetes y únicamente queréis acceder para ver mi relato, éste se encuentra en la página número 56. Se titula la pastora y el cuegle .
Os pongo los dos primeros párrafos del relato, pero para leer el resto tendréis que ir a la revista.
La
pastora y el cuegle
Era noche cerrada cuando las ovejas
del redil empezaron a balar nerviosas. La perra se despertó y empezó a ladrar,
llena de furia. Sus ladridos despertaron a la familia de pastores. El ajetreo
nocturno sólo podía significar una cosa, el cuegle había vuelto. De haber sido
un lobo habrían escuchado aullidos, pero no era así. El único aullido que pudo
oírse fue uno corto y agudo que informaba que la batalla para la guardiana
ovina había acabado. El padre de la familia no salió, la madre y el pequeño de
los dos hermanos, tampoco. La única que lo intentó, la joven hija, no pudo
hacerlo. Mientras su hermano fue a refugiarse en los brazos de su madre, ella
se resignó a abrazar fuertemente al cachorro de seis meses que acababa de
quedarse huérfano. La situación terminó calmándose y cuando llegó el amanecer,
el padre fue a comprobar el estropicio.
Esparcidos
por los alrededores pudo distinguir varios cuerpos de ovejas. Dentro del redil
divisó el cuerpo de la fiel defensora, un cuerpo ya sin vida y mordido. Luego,
vio un rastro que se internaba en el bosque de la montaña. No tuvo necesidad ni
quiso seguirlo. Conocía las historias de aquellos que se habían aventurado a
hacerlo. Sabía que muchos de los que habían ido a hacerle frente, habían
muerto. Sólo unos pocos testigos habían regresado con vida tras ver a aquel
monstruo. Contaban que medía por los menos lo que dos hombres. Que tenía tres
ojos y tres brazos, todos ellos con manos, pero sin dedos. Que su fuerza era
tal que podía lanzar por los aires a un caballo. Que a cualquiera que le viese
comer y divisase la comida entre sus dientes, se le revolvería el estómago.
Decían del cuegle que era una criatura fruto de alguna maldición. Que contaba
con un gran cuerno en su cabeza. Que si clavaba su mirada en una persona, ésta
pasaba a ser su presa. Que no importaba lo mucho que pudiese correr, que el
cuegle le atraparía. Que únicamente la intervención de las hadas podría salvar
su vida. Que tenía el cuerpo cubierto de pelo como si fuese un oso. Que ni las
flechas ni la espada le podían dar muerte. Eran tan aterradores los rostros de
los testigos a su vuelta, que cada vez eran menos los valientes que se atrevían
a buscar al monstruo. Y como no iba a ser menos, el pastor, tampoco se atrevió
a tomar venganza.
Os recuerdo que es el número 9 de la revista.
http://revistainari.es
De momento eso es todo y espero que os guste.
Un saludo.
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