30 ene 2015

¡Un kender en la invocación!

¡Hola a todo el mundo! Sé que llevaba tiempo con esto parado y lo siento. Estaba algo ocupado y falto de ganas. ¡Pero ya he vuelto! Y vengo con un relato para Adictos a la Escritura . Este mes nos pedían escribir una historia en la que apareciese un personaje literario conocido. La verdad es que no sabía a quién escoger. Al final he elegido a Tasslehoff Burrfoot, un personaje de la saga de la Dragonlance. Considero que Dragonlance es una saga conocida por todos aquellos a los que le gusta la fantasía ( y si te gusta y no te la has leído, pues no sé a qué esperas para leerte aunque sea las Crónicas de la Dragonlance). También hago referencia a otros personajes de la saga como Caramon y Raistlin. Pero no, no es un fanfic. De todas maneras no está de más decir que los personajes con nombre en el relato no son de mi autoría. Y ya está, en esencia es eso. Aprovecho que aún es Enero, aunque ya esté acabando, para felicitaros el año nuevo y espero que el 2015 nos traiga buenas noticias a todos. Y ahora viene lo que más os gusta del blog, el relato.


¡Un kender en la invocación!

Las velas encendidas en cada una de las puntas del pentagrama eran la única fuente de luz en aquella oscura habitación. En cada punta, se encontraba un individuo imbuido en una túnica oscura. Uno de ellos, el líder del grupo, tenía a su lado una cabra. Estaba cuidadosamente atada con un trozo de cuerda que sujetaba en una mano, mientras en la otra tenía asido un largo, y aparentemente afilado cuchillo.

–¿Estáis preparados? –preguntó el poseedor del cuchillo­.
–Sí.

Respondieron tres de los presentes, quedando uno dubitativo y en silencio.


–¿Estás preparado o no? Si eres de mente débil, el demonio poseerá tu espíritu –le informó el líder del grupo.
–¿Estáis seguros de lo que vamos a hacer?
–Sí. Ya sabes que cuando realicemos el sacrificio, Él nos concederá nuestros deseos.
–Lo sé, lo sé.
–Entonces, ¿te quedas? Pero tienes que estar seguro.
–Sí, me quedo.
–Pues ha llegado el gran momento. Voy a proceder con la invocación.

El líder acercó el cuchillo al cuello de la cabra. Iba a comenzar a recitar el conjuro cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta.

–Mamá, ¡déjanos ahora tranquilos! –gritó el jefe del grupo desde el interior del sótano.

La puerta se abrió y por ella entró un ser menudo. Era de figura delgada y de cara infantil. Sus ojos castaños rezumaban vida y alegría.

–Uyyy que oscuro está esto… ¿No tenéis una antorcha o algo mejor que esas velas?
–¿Quién eres tú? ¿Quién te ha dejado entrar aquí? ¡Éste no es sitio para niños! –bufó el líder.
–¡No soy un niño! ¡Soy Tasslehoff Burrfoot! Un kender de Krynn. ¿Dónde estamos? Raistlin me dijo que si no me callaba me iba a mandar lejos, y que más valiese que fuese educado allá donde fuera. ¿Acaso no he sido educado? ¡He llamado a la puerta! Y llego y está todo a oscuras, y tú me gritas... ¿Por qué lleváis túnicas? ¿Sois seguidores de la luna negra Nuitari? Raistlin es un hechicero también, ¿le conocéis? Es amigo mío y creo que es muy conocido entre los hechiceros…

El pequeño ser, que apenas superaba el metro de altura, se acercó a los allí presentes mientras éstos le miraban estupefactos por la situación.

–¡Ohhh una cabra! ¿Puedo acariciarla?

Hizo la pregunta sin esperar ningún tipo de respuesta, pues ya estaba acariciándola cuando formuló la petición. Continuó  moviéndose, y al separarse de la cabra y pasar al lado del líder, consiguió quitarle el cuchillo que tenía en la mano sin que éste se diese cuenta. Aquella era una habilidad innata de los kenders. Estaban tan acostumbrados a tomar cualquier cosa que pudiese caberles en los bolsillos, que muchas a veces lo hacían sin darse cuenta. Quizá ésta había sido una de esas ocasiones, o quizá lo había hecho intencionadamente, sea como fuere, el cuchillo, pese a su tamaño, acabó en uno de sus bolsillos.

–¿Y qué hacéis aquí? ¡Ohhh, una estrella pintada en el suelo! ¿Vais a hacer algún tipo de hechizo? ¿Puedo verlo? Raistlin también estaba haciendo magia, pero no quería enseñármela. Ese chico… Su hermano Caramon es más amable. ¿Le conocéis? También es amigo mío. Hemos viajado juntos muchas veces. ¿Sabéis cómo nos llamaron?

El kender no pudo continuar hablando ya que se desvaneció de repente. Los cinco se quedaron quietos en sus posiciones, contemplando el lugar donde hace unos segundos la peculiar criatura había interrumpido su ritual.

–¿Qué ha pasado? –preguntó el dubitativo de los cinco.
–No lo sé, ¿le conocíais alguno?

Todos negaron con la cabeza.

–Voy a preguntar a mi madre.

El jefe del grupo cruzó la puerta por la que había aparecido el kender y subió las escaleras. Preguntó a su madre si había dejado entrar a alguien en casa, y ella le comunicó que sólo sus amigos habían entrado. El líder volvió a bajar al sótano con la intención de proseguir con su ritual. Pero se dio cuenta de que algo le faltaba.

–¿Y el cuchillo?
–¿No te lo has dejado arriba?
–No. lo tenía en la mano. Iba a realizar el sacrificio de sangre cuando ha aparecido él. Lo tenía cogido hasta que… ¡Se lo ha llevado!
–Quizá esto sea una señal para que no invoquemos al demonio.

Todos estuvieron de acuerdo con la opinión de su compañero y decidieron parar aquel ritual y no volver a invocar nunca más a ningún otro ser. La cabra fue devuelta a la granja de donde fue robada, donde vivió una vida próspera y feliz hasta el fin de sus días.



Como siempre, espero que os haya gustado y ya sabéis que podéis comentar lo que queráis.

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