La rosa
Entró
en la floristería. Quería comprar algo especial para un día tan singular. Era
consciente que posiblemente ella no se daría cuenta del significado de aquella
fecha. Dentro de un día, haría un año desde que fueron presentados por Claudia.
Él había conseguido quedar con ella a tomar algo, pero tenía un plan. Se
dirigió directamente a uno de los ramos que estaban dispuestos para que los
clientes cogiesen una flor. Tomó una rosa para ella: Si la aceptaba, sería la
flor más bella; sí la rechazaba, la más lastimera. Ése era su único
pensamiento. Con aquella rosa, pensaba declararse a la chica que tantos
sentimientos había despertado en él. La acompañaría de una carta que había
escrito para la ocasión y que cuidadosamente había guardado en un sobre. Y para
que ella no sospechase nada, metería ambas cosas en una caja de zapatos y la
envolvería como si de un regalo cualquiera se tratase. Había planeado todo
aquello, porque tenía esperanzas de que ella sintiese lo mismo.