La vasija
(reescrito)
Él se presentó en la casa de su anciano amigo porque
éste le había llamado. Era un hombre mayor, un escritor de relatos infantiles
que siempre se había llevado bien con los niños y que mantenía amistad con un
grupo selecto de adultos. Él era uno de ellos, un escritor que en sus comienzos
se había introducido en aquel mundillo por la fascinación que le causaba el
hombre. Él había cultivado gran variedad de géneros, siempre siguiendo la
estela de los más vendidos del momento, esperando poder así dar el pelotazo.
Últimamente se encontraba algo frustrado porque, por más que lo había
intentado, sus ventas habían sido siempre muy modestas, y aquel ansiado golpe
de efecto, quedaba muy lejos. Fue por ello por lo que no dudó en visitar a su
buen amigo, quien le había dicho que podía tener la solución a sus problemas.
Él pensaba que se trataría de algún tipo de colaboración, pero cuando vio al
anciano trayéndole una vasija, se sorprendió bastante.