31 ene 2014

Sin mediar palabra

La chica rubia entró por la puerta y, sin mediar palabra, se sentó al lado del chico solitario.

30 ene 2014

Regueros

Una gota de agua cayó en el suelo y se infiltró, pero cayeron muchas más y al juntarse formaron regueros.

Coronel

Llegó el jueves, y llegó la hora de subir el primer relato a la página.  Este relato es especial porque está inspirado en una canción de La Oreja de Van Gogh que me gusta bastante. La canción en cuestión se titula "Coronel" y está cantada por la antigua vocalista del grupo Amaia Montero. Me gustaría poder escucharla también con la voz de Leire, quizá algún día la rescaten y pueda ser así.

El relato lo escribí hace ya unos meses (allá por Septiembre de 2013), un día que estaba escuchando la canción y me dije: quiero escribir sobre ella, y así lo hice. La verdad es que no pensaba subirla, fue algo que escribí para mí. Pero revisando textos antiguos la vi y me decidí a subirla. El relato tiene diferencias con la canción, es más, quizá en opinión de alguno/a ni siquiera le haga honor, pero es lo que me inspiró la canción y por ello lo que escribí. Tampoco quiero alargarme demasiado contándoos mi vida, así que os dejo ya con el relato que es para lo que habéis venido hasta aquí.

28 ene 2014

27 ene 2014

Ya no estaba allí

Es hora de comenzar con el blog. A partir de hoy procuraré actualizar cada día con un nanorrelato o un microrrelato.

Aquí va el primero.


Cuando se giró para verla, ella ya no estaba ahí.

26 ene 2014

El muchacho y la dríade

Un joven muchacho se colgó en la rama del árbol porque había visto a su amada besar a otro hombre. La rama, que no estaba acostumbrada a cargar tanto peso, se quebró. El chico se incorporó a tiempo para ver cómo el tronco del árbol se abría en dos y de allí salía una hermosa mujer.

–¿Quién eres? –le preguntó el joven a la bellísima criatura que contemplaba.
–Soy una dríade. ¿Dime qué es lo que te aflige?
–Mi amada no me ama.
–¿Y ése es motivo para destrozar mi morada?

La dríade se alejó enfadada del lugar.

–¡Humanos! –exclamó.